Los viernes son días de mucho ajetreo en las cocinas del María Zayas. Desde primera hora de la mañana se van preparando los panes y bollos para el desayuno, los hornos trabajan sin descanso para abastecer la tienda pastelería que en unas horas abre al público y se comienzan a preparar los menús que el restaurante ofrece al medio día. Cualquiera diría que hablamos de un restaurante al uso, pero el María Zayas tiene una característica particular. Se trata, en realidad, de un instituto público de formación profesional.